lunes, 24 de enero de 2011

Dias

Hay días en los que amanecemos contentemos
e irradiamos alegría,
y vamos por la vida con contagiosa felicidad
y parecemos ingenuos
y vemos el mundo color de rosa
y nos sentimos alegres
como esos niños del parque juagando con un globo.

Hay otros días de matices
en los que no definimos una alegría
ni clara tristeza
pero estamos como cabizbajos a ratos
y a otros sonreímos y contamos chistes.
Son días que se sobrepasan de buena gana y sin muchos quebrantos.

Pero hay días que en verdad son insoportables.

Aquellos días duales
de inicio alegre
y de fin triste.
Días en los que uno amanece alegre
como chilpayate con juguetes nuevos
y va por la calle contagiando a los hombres grises su alegría
y con forme pasa por las calles
las paredes se pinta de colores,
pero de pronto
la vida decide jugarle a uno un mal truco
y rompe sus juguetes
y entonces uno se pone triste
y se acuesta triste
sin poder regresar aquella alegría
que a pocos minutos
se ve con dolorosa nostalgia.

!AH¡
esos horrendos días,
como han osado agobiarme estos últimos días.

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