Preguntaste lo que no podía contestar.
¿Quién es tu musa?
Lo que contestase me haría arrastrar
a tu corazón alegre, o a neblina difusa.
Negarte como inspiración,
era condenarme a la tortura,
que causaría en i cabeza locura,
provocando fin a mi creación.
Aceptarte como numen
implicaba arriesgarme
y permitr que se sumen
mis temores a hostigarme.
¿Porqué no pudiste hacerme esa pregunta cara a cara?
Otra fuese la historía,
que esta pluma contaría.
¿Quién es tu musa?
Lo que contestase me haría arrastrar
a tu corazón alegre, o a neblina difusa.
Negarte como inspiración,
era condenarme a la tortura,
que causaría en i cabeza locura,
provocando fin a mi creación.
Aceptarte como numen
implicaba arriesgarme
y permitr que se sumen
mis temores a hostigarme.
¿Porqué no pudiste hacerme esa pregunta cara a cara?
Otra fuese la historía,
que esta pluma contaría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario